martes, 11 de marzo de 2008

¿Pecar o no pecar?

¿Pecar o no pecar?

¿Puede un hijo de Dios pecar? Si, ¿puede pecar y no sufrir? NO.
NO HAY PENSAMIENTO MALO QUE SEA INOFENSIVO.

En palabras muy sencillas, arrepentirse significa dejar a un lado cualquier camino equivocado.

Es normal que como cristianos que sinceramente buscamos agradar a Dios, constantemente nos veamos motivados o exhortados a abandonar conductas inapropiadas. (i.e. pornografía, enojo, mentira, falta de integridad, adicciones menores, amarguras, malos hábitos, orgullo, terquedad, endiosamiento de cosas mundanas, indisciplina, etc.)
Por supuesto que si desde nuestra niñez hubiéramos sido instruidos con Biblia en mano, este proceso sería un poco más sencillo, y eso lo vemos reflejado en aquellos que han crecido en un hogar piadoso y sabio. Sin embargo, como esa no es la realidad de la mayoría de nosotros y por otro lado, en nosotros se encuentra una fuerza que nos succiona al mal y que no cede fácilmente a menos que la venzamos con una fuerza que la supere, casi a diario experimentamos luchas internas para arrepentirnos y abandonar el pecado. ¿Cómo ha sido su experiencia últimamente?

No se equivoque: al arrepentirnos accionamos una fuerza superior a la fuerza del pecado, el poder del Espíritu Santo. Si además de eso resistimos la tentación de volver a caer en el pecado y nos renovamos en el hombre interior, la victoria es nuestra no importa de que pecado se trate. A continuación 3 propiedades dañinas del pecado que nos persuaden a huir de el.

A) El filo del pecado: El pecado en cualquier área de su vida es la autoridad legal que Satanás tiene para ocupar un lugar lo suficientemente próximo a usted como para devorarlo y usarlo para devorar a los que le rodean. Claro que justificar o negar el pecado solo fortalecerá esa autoridad.
1) “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos”,
2) Efesios 4:22 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” 1 Pedro 5:8


B) El peso del pecado: El pecado es un freno para el crecimiento espiritual, por el otro lado, la confesión es un motor que eleva nuestra relación con Dios y facilita la victoria sobre el pecado.
1) “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.” Proverbios 28:13
2) "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" Heb. 12:1


C) El tamaño del pecado: El pecado es orgullo y Dios resiste al orgulloso. El hombre más miserable no es un hombre no redimido sino un Hijo de Dios sin comunión con Dios. Cuando Dios le salva no le cambia para que no pueda pecar jamás, sino para que no pueda pecar más y disfrutarlo.
1) “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes” 1 Pedro 5:5


Una recomendación: Arrepentimiento y confesión son producto de la responsabilidad ante Dios y de una decisión inteligente, pero así como el ocultar el pecado conduce a la aflicción, el escandalizarnos de el provoca la retirada en aquellos que lo confiesan. Con misericordia y verdad se corrige el pecado. (Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres. I Crónicas 21) No sea más duro que Dios con aquellos que piden perdón.


D) Conclusión: Deut. 30:19-20 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Jehová, tu Dios, atendiendo a su voz y siguiéndolo a él, pues él es tu vida, así como la prolongación de tus días, a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar».
1) Hay mandamiento para no pecar y provisión para el pecador arrepentido, pero lo que glorifica a Dios y nos permite la victoria sobre el pecado es no dar lugar al Diablo por medio del pecado no lidiado.
2) El arrepentimiento ideal es el que conlleva resistencia al pecado y renovación del hombre interior
3) Usted tiene la libertad de ignorar estas realidades en cada uno de sus actos, pero no sin sufrir las consecuencias directas e indirectas de tal conducta,
por favor recuerde que usted decide pecar o no pecar.

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